En tiempos donde los jóvenes presumen de sus ‘matches’ en Tinder y cuentan anécdotas de sus ‘fails’ en Bumble, los adultos mayores parecen haberse subido al tren de las citas digitales (o mejor dicho, al colectivo, porque trenes, ya sabemos cómo va el tema). ¿Y cuál es su app predilecta? Pues bien, hemos encontrado el juguetito tecnológico que hace que nuestros tatas y abues no paren de sonreír: Ourtime. Y por supuesto, indagamos sobre las Ourtime opiniones.

¿Quién dice que las mariposas en el estómago son solo para los veinteañeros? En la era digital, el amor no entiende de arrugas ni de articulaciones que crujen. Nuestros queridos mayores de 50 años han decidido que quieren seguir en la cancha del romance, ¡y vaya que lo están haciendo!

Atrás quedaron las tardes de bingo y los clubes de tejido, ahora es el momento de las selfies (bueno, intentos de selfies) y de frases ingeniosas para conquistar en el mundo virtual. Pero, ¿qué dicen las opiniones de los usuarios? “Buscaba algo serio y no un simple chateo”, dice una opinión, mientras otro señala, “Esto de las apps es un mundo nuevo, pero me gusta”. Ah, y no faltó el galán que expresó, “Ahora mis nietos se mueren de envidia porque tengo más matches que ellos”. ¡Toma esa, millennial!

Además de ser una plataforma para encontrar el amor, Ourtime también ha demostrado ser una ventana hacia la autoafirmación y la ruptura de estereotipos. ¿Quién dijo que después de los 50 no hay vida romántica? O mejor, ¿quién dijo que a esa edad no puedes aprender a usar una app y, de paso, encontrar a alguien con quien compartir tus historias y tal vez un mate?

En fin, la tercera edad en Argentina y otros países hispanohablantes ha decidido darle un toque moderno al arte de la conquista. Y si bien hay quienes aún prefieren el coqueteo cara a cara, no se puede negar que apps como Ourtime han dado un nuevo aire al mundo de las citas para aquellos que tienen el corazón joven, pero el DNI un poco… digamos, experimentado.

¡Así que arriba esos ánimos! Si tu abuelo puede conseguir pareja en una app, tú puedes hacer cualquier cosa. Y para los que aún dudan, ahí tienen el enlace para leer las opiniones. Quizás sea hora de darle una oportunidad al amor en línea, sin importar la edad.

En un mundo que cada vez se parece más a una caricatura distópica, donde la vida parece suceder en línea y las redes sociales se han convertido en el nuevo parlamento, hay una figura escondida en el backstage que merece nuestra atención cómica: el alojamiento web. Así es, hablamos de esa esfera enigmática y subestimada del ciberespacio donde viven y respiran nuestros queridos sitios web. Y dentro de esta esfera, ProfesionalHosting es un personaje que se destaca.

Con su cómoda oferta de servicios, desde hosting compartido hasta servidores privados virtuales, WordPress y PrestaShop, ProfesionalHosting parece estar en todos lados, igual que esa foto vergonzosa de la fiesta de fin de año que te niegas a borrar de Facebook. Están alojando todo, desde sitios web de empresas hasta blogs personales, todos colgados en la nube como ropa en un tendedero.

Y es que, al igual que las medias que desaparecen en la lavadora, los sitios web deben estar en algún lugar, ¿verdad? Ahí es donde entra alertahosting.com/profesional-hosting/. Ellos son como el superhéroe anónimo de la web, siempre dispuestos a guardar nuestro preciado contenido en sus servidores, protegiéndolo de los villanos del ciberespacio como los ataques DDoS y los hackers malintencionados.

Pero lo que realmente hace que ProfesionalHosting sea digno de una caricatura es su compromiso con la educación. Con su amplia gama de tutoriales y recursos, están desmitificando el oscuro arte del alojamiento web, convirtiéndolo en algo accesible para todos, desde la abuela que quiere comenzar un blog de ganchillo hasta el adolescente que sueña con ser el próximo Zuckerberg.

Así que la próxima vez que te encuentres navegando por la web, piensa en ProfesionalHosting y su ejército de servidores trabajando incansablemente para mantener a flote el universo digital. Y si eso no te hace sonreír, entonces probablemente nada lo haga.